PLAZA DE SAN AGUSTIN
La plaza de San Agustín es
uno de los pocos espacios que se conservan
prácticamente igual que durante los
Sitios
sufridos por la ciudad de Zaragoza en la Guerra de la Independencia.
Un
barrio donde se libraron brutales batallas
y los zaragozanos demostraron una
gran resistencia, heroísmo y fiereza en la lucha,
y donde los nombres de sus
calles, Manuela Sancho, Heroísmo, Asalto…
nos hablan de sus defensores y de su
hazaña.
CONVENTO DE SAN AGUSTIN
El convento de San
Agustín, fundado en el siglo XIII,
sirvió como cuartel de intendencia durante
los Sitios
y aún son visibles en su fachada los impactos de fusilería.
Conformaba la línea defensiva de la ciudad por el este,
pero a pesar de la
valiente defensa patriota,
las tropas francesas consiguieron el 1 de febrero de
1809 penetrar en el convento
y en su iglesia apoderándose de él y del cercano
de Santa Mónica.
Como resultado de la
guerra el conjunto conventual quedará arruinado
y con la desamortización de
Mendizábal en 1836
se incorporará su solar y propiedades a los bienes
nacionales.
En 1978 pasará a ser propiedad municipal
y tras diversos proyectos,
fue reconvertido en el actual Centro de Historia de Zaragoza.
LAS CASAS DE LOS SITIOS
En la cercana calle de
Doctor Palomar
un magnífico caserón todavía conserva los impactos
de la
fusilería francesa dos siglos más tarde.
Estas dos postales ilustran
el sañudo episodio
que tuvo lugar en el interior de la iglesia de San Agustín.
Su autor, el pintor César Álvarez Dumont,
se inspiró en la novela “Zaragoza”(1874)
de la serie Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.
MANUELA SANCHO
Fue una de las destacadas
heroínas de la ciudad durante los Sitios.
Suministró alimento a los defensores
y participó activamente en combate.
Sus restos mortales fueron
trasladados en 1908
al panteón creado para las heroínas de los Sitios,
en una
capilla de la iglesia del Portillo de Zaragoza.
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