Fue defensor de Zaragoza
y, ascendido a general de los Reales Ejércitos,
murió casi al término del segundo sitio, el 18 de febrero de 1809,
como consecuencia de una bala de cañón que le impactó en la pierna
cuando se encontraba defendiendo el Puente de Piedra.
Sus restos se hallan en la zaragozana iglesia de San Pablo.