Blog Finalista Premios Aragón en la Red 2014

lunes, 3 de mayo de 2010

Ruta de los Sitios - puente de Piedra


PUENTE DE PIEDRA
El puente más emblemático de la ciudad 
ha sufrido numerosos avatares a lo largo de su historia. 
Durante los asedios que sufrió Zaragoza
 por los ejércitos napoleónicos en la Guerra de la Independencia, 
fue también escenario de múltiples combates y feroces sucesos.

EL PUENTE EN LOS SITIOS
Durante el primer asedio de 1808 
el teniente patriota Luciano de Tornos logró frenar en el puente 
la estampida popular que huía hacia el arrabal de la ciudad, 
producida tras una dura ofensiva francesa el 4 de Agosto. 
Tornos, amenazándolos con un cañón desde el convento de San Lázaro 
logró que volvieran a la ciudad a combatir.
El puente era la única conexión entre la ciudad y el rabal, 
si éste caía, el puente sería ocupado por el enemigo
 quedando la ciudad desprotegida.
 Y así sucedió durante el segundo Sitio,
 cuando el 18 de Febrero de 1809 
las baterías francesas arrasaban el convento de San Lázaro 
y batían el puente para impedir cualquier ayuda de la ciudad. 
Zaragoza se rendirá tres días más tarde.
Muy próxima al Puente de Piedra se encuentra la Arboleda de Macanaz,
 un lugar de paseo y recreo para los zaragozanos desde hace siglos
 y donde en 1809 tras los  Sitios
 fueron enterrados en una fosa común los restos de miles de caídos.

EL EBRO EN LOS SITIOS
El río Ebro jugó también un papel destacado en la defensa de la ciudad.
 Además de destacar como vía de comunicación 
en el avance francés hacia la capital,
 tuvo también una gran importancia estratégica. 
En el segundo Sitio tropas procedentes de Murcia y Cartagena 
acudieron en ayuda de la defensa zaragozana, 
que con sus cañoneras patrullaban el río asegurando la defensa del Ebro
 y controlaban los movimientos enemigos.

CRUZ CONMEMORATIVA
Una estela coronada por una cruz de piedra 
colocada en una arcada del Puente de Piedra,
 indica el lugar donde los sacerdotes y consejeros de Palafox, 
Basilio Boggiero y Santiago Sas
 fueron asesinados y arrojados al Ebro por los franceses, 
incumpliendo los acuerdos de la capitulación.
El monumento recuerda también al Barón de Warsege, 
encargado de la defensa del Arrabal durante el segundo Sitio
 y herido de muerte por una bala de cañón francesa 
al intentar franquear el puente.

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