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viernes, 11 de diciembre de 2009

Ruta de los Sitios - Los Sitios en El Rabal



ARRABAL
Durante los Sitios acontecidos en 1808 y 1809
 los vecinos de este barrio zaragozano extramuros
 demostraron gran valentía por defender su libertad, 
ejecutando una feroz defensa. 
Durante el primer Sitio los franceses no contaron con fuerzas suficientes
 para ocupar la margen izquierda del Ebro,
 lo que hízo que los zaragozanos tuvieran la posibilidad 
de recibir suministros y refuerzos a través del Puente de Piedra. 
Pero en el segundo Sitio los franceses eran ya conscientes
 de la importancia del rabal en la defensa de la ciudad 
y durante meses irán estrechando el cerco  por esta zona 
hasta su ataque definitivo el 18 de Febrero  de 1809.
 Pese al heroísmo patriota, los defensores del arrabal se rindieron 
y Zaragoza capituló dos días después.

LOS CONVENTOS CLAVES EN LA DEFENSA
La defensa del Rabal, 
se estructuró en torno a tres conventos que se levantaban en la zona, 
convertidos en formidables baluartes.

El convento de Nuestra Señora de Jesús, 
se ubicaba en la actual plaza del mismo nombre. 
Fue refugio de Palafox durante el primer Sitio.
Frente al puente de Piedra se alzaba el convento de Nuestra Señora de Altabás,
 del que se conserva algún muro y restos de la iglesia. 
Y junto al Ebro el convento de San Lázaro, 
utilizado por Palafox como Cuartel General durante el segundo Sitio.

Muchas de las calles del actual barrio del Arrabal conservan aún 
prácticamente la misma estructura urbanística de la época de los Sitios.
La calle del Horno, la plaza de la Mesa, el callejón del Tío Lucas,
la calle de Jorge Ibort, la calle Villacampa o el parque del Tío Jorge,
 nos recuerdan hechos y héroes de la gesta.

EL TIO JORGE    

Jorge Ibort, más conocido como el Tío Jorge o Cuello Corto, 
fue el cabecilla que levantó la ciudad en mayo de 1808 
contra las órdenes de sometimiento a los franceses 
que llegaban desde Madrid.
Este labrador del Arrabal, gozaba de cierta autoridad sobre sus vecinos
 pues era de los pocos que sabía leer y escribir. 
Fue un gran patriota siempre fiel a Palafox, 
que le nombró capitán de la Compañía de Escopeteros del Arrabal. 
Falleció tras el primer Sitio víctima de tifus.

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