En el lado del crucero se situó, tras diversas vicisitudes,
el sepulcro del cardenal Jerónimo Xavierre,
maestro General de la Orden de Predicadores,
realizado en piedra de alabastro
por el escultor zaragozano Juan de Acurio.
Inicialmente, había estado ubicado en el claustro del convento.
Entre 1868 y 1874 sufrió diversos desperfectos,
perdiendo la estatua orante y otras figuras
que lo componían.
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