Damián Forment realizó el retablo del Santo Cristo
en el año 1524.
La mazonería es del siglo XVIII
y está formada por tres calles, rematando en medio punto.
En la calle central destaca el bellísimo Crucificado
(actualmente en restauración)
con la Vírgen y San Juan y la Magdalena arrodillada
al pie de la Cruz.