Tras la pobre fachada,
sorprende la suntuosidad tardorrenacentista
del interior de la iglesia, redecorada en el siglo XVIII.
El Altar Mayor de la Inmaculada
lo componen dieciocho esculturas de bulto y de tamaño natural
y veinticinco querubines,
dispuestas en tres franjas horizontales.
De estilo barroco de transición al rococó.
Atribuido al hermano Pablo Diego Lacarre
y colaboradores.
Realizado entre 1723 y1736.
Preside el conjunto la Inmaculada.
Sobre apóstoles, arcángeles y los padres de la Virgen.
Así como San Pedro y San Pablo,
además de ángeles custodios, mancebos y querubines.