En el año 2013 se recuperó la
Cripta,
que había sido utilizada como carbonera durante años.
Se accede desde
una puerta situada junto al sepulcro.
La escalera tiene bóveda de ladrillo por
aproximación de hiladas.
El espacio tiene planta cuadrada y muros de sillería,
sobre los que alzan dos arcos de ladrillo.
Se desconoce si pudo ser el primer lugar de enterramiento del
arzobispo.