Durante la guerra de la independencia,
y tras los sucesos del 2 de Mayo en Madrid,
Zaragoza sufrió dos asedios
de las tropas de ocupación del ejército de Napoleón.
Aunque éstas eran superiores en número,
la ciudad resistió heróicamente
hasta que diezmada por la guerra y las epidemias
firmó la capitulación el 21 de Febrero de 1809.