En el siglo XI servía de acceso desde el camino de Levante
a un recinto amurallado, de tapial y ladrillo,
más amplio que el de la muralla romana.
En el s. XVII fue reedificada al final de la calle del Heroísmo
en su confluencia con el paseo de la Mina y la calle Asalto.
El nombre de Quemada
le venía de la instalación en sus inmediaciones de carboneras.