"Sólo un converso adinerado
y nostálgico del judaísmo de sus antepasados
pudo plasmar todo esto delante de la sinagoga Mayor
que, por entonces, todavía
no se había reconvertido en iglesia.
En las representaciones que ahora vamos a
describir,
el propietario quiso rendir un homenaje
a los judíos que vivieron en
ese entorno y perpetuar su recuerdo.
Una enseñanza
para que los linajes
conversos del XVI no olvidaran sus orígenes,
y las futuras generaciones
aprendamos
que allí vivió una Nación perseguida,
algo que tiene que educarnos
en el respeto al diferente."
(Texto de Alvaro López Asensio,
"Los judíos del palacio de los Morlanes de Zaragoza"
publicado por la Revista Aurora)
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