Su padre fundó los Fusileros de Aragón o Miñones,
compañía compuesta por doscientos individuos,
y que en 1808 ya dirigían los dos hermanos.
Destacaron ambos en la mayoría de las acciones ocurridas durante los sitios,
desde acompañar al general Guillelmi cuando era conducido a la Aljafería,
hasta la defensa en la batalla de Las Eras del Rey el 15 de junio.
Quedó Antonio al mando de la ciudad el 4 de agosto,
cuando los Palafox estaban fuera de Zaragoza.
Sobresalió en aquellos momentos
por sus brillantes dotes de organización y de mando.
Fueron llevados prisioneros los dos hermanos a Francia tras la capitulación,
regresando a España en 1814.
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